Compramos lo que la publicidad dicta, sin evaluación racional de la utilidad del producto, identificando la felicidad con el mero consumo.

martes, 25 de septiembre de 2012

‘‘He Venido a Decirte’’.

Posiblemente he venido a decirte lo peor. 

He venido a mencionar el aroma que segregan tus labios, 

He venido a encender tú mirada llena de locuras y a decirte tanto y nada a su vez a través de ella. 

He venido a tomar tus defectos y convertirlos en perfecciones. He venido a recordar tus legados y a verte ser dueña de calor de hogar.

He venido a tomar la crema de tu píe de limón, y a esconderme en el acto para evitarte en tu punto de bravura, contemplándote desde un ángulo oculto, ya que amo eso de ti.

He venido a decirte como suena tu sonrisa, como suena mi voz al percibir la tuya.

He venido a decirte que te amo cuando no te gustas nunca y sos una maravilla.

Quizá he venido a decirte lo mejor de lo peor, que vivo en tu sonrisa y logro ser feliz imaginándola.


Alfonso Alejandro.

martes, 31 de julio de 2012

‘‘Manías’’.

A veces tengo la extraña manía de hacer las cosas con tal delicadeza pensando que son para ti.

lunes, 30 de julio de 2012

Soledad.

‘‘Es peligroso serle fiel a la soledad, puedes terminar enamorándote’’.  Alfonso G.

jueves, 28 de junio de 2012

‘‘Sublime Identidad’’.

Dentro de lo posible y lo increíble, hubo una mirada que nunca dudo de la tuya, una sonrisa que pudo creer y crecer a partir de la tuya, una energía que fue generada del contacto, y una identidad llamada amor que se convirtió en un sueño a partir de tus legados.

Alfonso G. 

‘‘Amabilidad’’.

Hoy en día la amabilidad se negocia con algo de por medio. 

sábado, 21 de abril de 2012

‘‘Contemplar’’

''Aprendí a contemplar tu mirar y tu sonreír bajo un contexto inexplicable de calma y enigma, que me llenaba de intriga y oxigenaba de esperanza mi humilde creer''. Alfonso G.

lunes, 25 de julio de 2011

''Mírame y Sonríe.''

Mi habla se enmudece a costillas de tu sonreír.

Y yo sin más que agregar, quedo a expensas de la sanción de la dicha, más débil y más fuerte a su vez.

Y tu mirar como complemento de tal detalle; brinda pasos llenos de esperanzas oxigenadas de ti.

Y si algo hasta ahora fue necesario, ha sido el andar de eso que llaman alma por el sendero de pisotones y bofetadas.

Donde Nunca aprendí el pensar en mí. Y donde por alguna extraña razón, me llena el pensar antes en ti. Por el sencillo coraje que posees de no dejar de dar por mí.

Y más que mi sincero andar y lo que mis ojos puedan reflejar, se que habrán juicios que no entenderán, que todo comienzo debe transitar desde lo más llano aspirando cúspides sin medir distancias.

Y si mi rara esperanza un día decae, tan solo mírame y sonríe.